La ley de la silla, la incoherencia y la "obediencia debida".
Y después que… pañales para adultos marca Farmacity para que el personal
no vaya al baño?
Con
una actitud que escapa a todo lo imaginado, esta empresa se rehúsa a entregar y
proveer sillas a los empleados tanto en líneas de cajas como en el sector
farmacia pisoteando todas las leyes que tutelan el trabajo, las condiciones
laborales y la dignidad del trabajador.
La
“ley de la silla” fue promulgada en
el año 1935 pero tiene su origen en el proyecto de Alfredo Palacios trasformado en ley en 1907 –esta misma derogada en
el año 1924- pero con la diferencia que esta ultima solo estaba destinada a
proteger las condiciones laborales de las mujeres y menores.
Esta ley dice lo siguiente:
Artículo 1º) Todo local de trabajo en establecimientos industriales y
comerciales de la Capital Federal, provincias y territorios nacionales, deberá
estar provisto de asientos con respaldo en número suficiente para el uso de
cada persona ocupada en los mismos.
Artículo 2º) El personal de dichos establecimientos tendrá derecho a ocupar
su asiento en los intervalos de descanso, así como durante el trabajo si la
naturaleza del mismo no lo impide.
No se entiende como se pone en tela de
juicio, ya en el siglo XXI, los que nuestros legisladores –entre ellos Alfredo
Palacios- sancionaron con fuerza de ley hace mas de 100 años, la norma que
obliga a los empleadores a proveer sillas con respaldo a los trabajadores.
Esto es una cuestión tan básica que cuesta
creer el pensamiento arcaico de los responsables de la decisión; ni siquiera
tendríamos que remontarnos a la legislación, solo el sentido común, la
coherencia y un poco de humanismo debería prevalecer en estos asuntos.
A pesar de estar vigente la Ley nº 12.205/35
(más conocida como la “ley de la silla”) la misma es infinitamente infringida
en numerosos locales lo que confiere un atentado contra nuestros derechos y la
dignidad humana. La “ley de la silla”
tiene una finalidad que solo podría desconocer un espíritu frívolo, egoísta e
individualista ya que en su seno persigue el mejoramiento de la salud de los
trabajadores.
Con respecto a este tema, mencionamos las
consecuencias –probadas- de no cumplir con la normativa.
Los
estudios afirman lo siguiente:
1)
La
permanencia de pie durante muchas horas determina trastornos orgánicos.
2)
Afirma las
enfermedades del bajo vientre, sobre todo de la matriz.
3)
Favorece el
riesgo de aborto.
4)
Produce
perturbaciones en la circulación.
5)
Trae como
consecuencia debilidad, fatiga y anemia.
6)
El estado
congestivo de los órganos abdominales (al están tantas horas parados), obra
principalmente sobre el útero, ocasionando desviaciones de consecuencias
deplorables.
7) Esta estación vertical prolongada hace que el aflujo
de la sangre a los miembros inferiores traiga como consecuencias enfermedades como
las várices y flebitis.
8) La extensa jornada laboral, los ritmos de trabajos y
las deplorables condiciones laborales, influyen sobre el rendimiento de los
trabajadores que decae estrepitosamente y la fatiga llega hasta la extenuación,
por eso hay que fomentar medidas para evitar estas consecuencias.
Seguramente muchos jóvenes
no se dan cuenta que atentan contra su propia salud al no hacer uso y goce de
su derecho, pero seguramente, a raíz de lo expuesto anteriormente, el tiempo
les pasará su factura.
Aunque parezca
actualmente algo obvio y ajeno a toda discusión que los trabajadores sean
provistos de asientos con respaldo en cantidad suficiente para cada uno de
ellos, la realidad nos dice que muchos empleadores se niegan a cumplirla, con
una complicidad inexplicable de los responsables de los establecimientos, punto
que queremos explayarnos.
No solamente responsabilizamos a los diferentes departamentos de farmacity
que tomaron esta absurda determinación, sino también a parte del nivel jerárquico
de las sucursales que interponiendo y excusándose en RR.HH ejecuta con total
complacencia y conciencia sus políticas de persecución y degradación de
nuestros derechos.
Terminemos con la hipocresía de la “obediencia debida” y que se hagan cargo
de su parte como cómplices de estas y otras medidas. Toda persona que,
conciente de sus actos, realiza una acción indebida y mal intencionada, es
culpable por ello, mas allá de quien haya dado las ordenes. Está en la decisión
personal de estas personas en ejecutarlas o no. Y por lo tanto son tan
responsables los “autores intelectuales” como los “autores materiales”.
Subestiman nuestra capacidad de entendimiento
incentivando la discordia entre compañeros, divisiones absurdas como “salón” y
“farmacia” y fogoneando un mal clima laboral, utilizando los diferentes medios
de comunicación interna para mal informar y distorsionar los sucesos del local.
Que quede claro que este informativo no se debe solo por al tema de las
sillas sino también a otros acontecimientos que vienen denunciando los
trabajadores (presión para ir a trabajar los feriados, para que no se tomen las
licencias por enfermedad u otra similar, no respetar las 12 horas de descanso
entre cada jornada, quite de francos a los empleados, llamadas desubicadas en
los día de francos con planteos absurdos, etc., etc., etc.)
Para dejar más
claro nuestro mensaje, nos apropiaremos en esta ocasión de una frase de Mahatma Gandhi:
“Cuando una ley es injusta lo correcto es
desobedecer”. Lo cual nosotros agregaríamos...
“porque si no, se es cómplice también”.
Todos estos obstáculos no hacen más que acrecentar
nuestra unidad y solidaridad entre los compañeros, y la más firme decisión de
hacer respetar nuestros legítimos derechos.
Lamentamos que el nivel jerárquico se deje utilizar como marionetas y títeres
de sus superiores, pero eso no justifica sus acciones. Creemos en el progreso
personal de los trabajadores, que se puede “hacer carrera”, ascender a cargos más
altos en la empresa sin ser verdugos de los empleados, que son, en definitiva,
sus compañeros. Llamamos a la reflexión sobre sus actitudes esperanzados en un
pronto cambio a través de la conciencia.
Por eso hacemos hincapié en la formación y capacitación
de los trabajadores, ya que la falta de conocimiento y conciencia no nos
permite valorar y defender estos grandes logros en materia laboral, y en el
hecho concreto, muchas veces pasar por alto la ausencia de sillas o en caso de
tener una, no utilizarla por prejuicios que tratan de imponer los encargados,
como vagancia, falta de compromiso, etc.
A fin de acabar con estas injusticias seguimos en
plena conversaciones apelando a la razón de los responsables de estas decisiones.
Una vez más utilizamos el dialogo como método de resolución de conflictos.
Esperamos que esto alcance, obrando de nuestra parte, con las mejores
intenciones y buena fe.
Asientos ya
para todos los trabajadores,
Incluyendo
al personal de seguridad!!!
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