Farmacity en lucha

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Trabajadores de Farmacity

viernes, 22 de marzo de 2013

Farmacity, el nuevo financista del mercado: ¿y el Estado para dónde mira?.

Farmacity, el nuevo financista del mercado: ¿y el Estado para dónde mira?.




 La cadenera se suma a una iniciativa de la tarjeta de crédito Visa para entregar pequeños préstamos en sus mostradores. Así., desvirtúa una vez más la palabra “farmacia”, mostrando que no tiene ningún interés en el rol sanitario de la actividad. Lo grave que a pesar de violar las leyes, el Estado no hace nada para impedirlo.

¿Trazabilidad engorrosa para unos, libre mercado para otros? 



 Por Nestor Caprov



Con su habitual ironía, el escritor Mark Twain salió al cruce de las versiones que hablaban de su fallecimiento: “las noticias sobre mi muerte son exageradas”. La frase era una crítica subterránea a un periodismo que crecía en Estados Unidos y será la base de la conocida “prensa amarilla”. Exageradas fue una palabra para puntualizar cuando una verdad se amplifica.


Muchas veces, usaron ese calificativo para opinar sobre algunas de las opiniones vertidas en este espacio, sobre lo que se viene en la farmacia, en especial en cuanto al avance de los grandes capitales. Hoy, en medio de tantas noticias de paros, una confirma que las grandes cadenas de farmacias no se detienen en su estrategia para borrar a los mostradores independientes del mercado. La idea de hacer que las cajas de estos locales entreguen dinero, como financiera de la City, es parte de este plan. El paso, que choca de lleno contra la ley, cuenta con una insólita ceguera estatal.

En su edición de hoy, el Cronista Comercial da cuenta de una noticia preocupante: “farmacias y supermercados ya funcionan también como cajeros automáticos”. La propuesta de la empresa Visa permite que cadenas como Farmacity usen “Extracash”, un sistema que a través de la tarjeta de crédito “permite a los clientes de los comercios realizar una extracción de hasta 200 pesos en efectivo”. “El cliente del comercio realiza una compra (no hay establecidos un mínimo de gasto para acceder al servicio) y luego puede realizar la extracción en la misma caja con su tarjeta de débito”, informa el medio.

Lo paradójico del caso es que la cadenera del grupo Pegassus parece dispuesta a redoblar la apuesta, a mantenerse firme en su posición, pese a que cada vez más fallos judiciales la obligan a normalizar su situación. El último, dictado por un tribunal en lo Contensioso Administrativo, ratifica la vigencia de la ley 26.567, y obliga a la firma a dejar de ofrecer medicamentos en góndolas. El tribunal reivindicó el artículo 1º de la ley 26.567, que regula el ejercicio de la actividad farmacéutica y establece que "los medicamentos denominados de venta libre deberán ser dispensados personalmente en mostrador por farmacéuticos o persona autorizada para el expendio".

La contradicción entre lo que dice la ley y lo que hace la cadenera, siempre dispuesta a apelar a sus contactos con el poder y su capacidad de lobby para resolver las cosas, se contrapone con lo que sucede con las pequeñas farmacias y los mostradores independientes, presionados por leyes que se cumplen por convicción aunque saben que los pone en desventaja ante este sistema desequilibrado.

El ejemplo más concreto es el flamante sistema de trazabilidad, una enorme carga administrativa, de gastos y de trabajo de oficinista para los farmacéuticos, pero que no termina ni por asomo con el gran flagelo de la Argentina: la venta ilegal. Los farmacéuticos, que tanto trabajan para combatir el mercado negro, ya definieron con una frase popular su sentimiento ante este sistema: “cazar adentro del zoológico”. 









Mientras que el Estado pone parte de su estructura para imponer un sistema engorroso, la venta de medicamentos fuera de las farmacia sigue a ritmo inalterable. Para no hablar de la oferta en góndolas, prohibido por las leyes del país, ratificada por fallos recientes, que no tiene, ni parece practicarse en las grandes cadenas. Trazar una serie de medicamentos es muy importante, pero si puertas afuera de la farmacia está lleno de medicamentos de origen dudoso, productos de la ola de robos que sufren los mostradores, de medicamentos de venta libre hasta en ferreterías; de nada sirve. Es tirarle tiros a un animal en su jaula. Es cruel, innecesario y perfectamente inútil. 

“Los que estaban presionando en contra de la ley, en especial laboratorios de origen extranjeros, deberían tener en cuenta que como pretenden que nuestro país tenga flexibilización en materia de comercialización de fármacos deberían pedir que hagan lo mismo sus países de origen, donde los controles son muy estrictos”, dijo Roy Nikisch, senador de Chaco, en aquella jornada histórica de noviembre de 2009, cuando por unanimidad se aprobó la ley de medicamentos, que puso fin al gondoleo. Pasaron casi tres años, y todavía seguimos viendo ese abismo entre los dichos y los hechos. El rol social de la farmacia, tan defendido por esos legisladores, no se ve hoy ni fomentado y protegido por un Estado que en todos sus estamentos mira para otro lado

El uso de “Extracash” en Farmacity es más que nada una confirmación: la concentración llama más concentración. La ley de farmacia y su reglamento dejan en claro los productos que pueden venderse en un mostrador, y cuáles no. En ninguna norma de habla de permitir la oferta de “dinero”, “prestamos” o “transacciones financieras” como un producto que pueda venderse en una farmacia. El sistema muestra los intereses de las cadeneras, que piensan sólo en números y desvirtúan lo que fue, es y nunca debe dejar de se runa farmacia: una parte integral del sistema sanitario de un país. Los farmacéuticos debemos hacer lo nuestro y dejar de vender elementos "decorativos". Es difícil, lo sabemos, porque es una de las formas para pelearle a la baja rentabilidad. Pero es necesario obrar con el ejemplo para dar esta batalla cultural. 

Desde hace mucho que venimos advirtiendo en MIRADA PROFESIONAL sobre esta doble moral, esta situación que nos asfixia cada día. No exageramos, tampoco jugamos al pesimismo. Somos realistas, vemos lo que pasa en nuestras farmacias, arrinconadas por capitales cada vez más ambiciosos. El cajero automático de Farmacity ya empezó a funcionar. Esperemos que el Estado tome nota de esta nueva violación a la ley y del sentido común. 


1 comentario:

  1. aguante farmacity,,, te resulve todo! podes ir a uno 24hs y comprar desde remedios hasta un regalo para el cumple que te olvidaste. y encima tmb podes sacar guita si en los cajeros no hay.., una masa

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