“Un problema que, hasta ahora, se creía que no era contagioso”.
Mitomanía
“Pinocho no era el personaje de ningún
cuento”.
Al igual que muchas gerencias anteriores, parte de la actual gerencia
utiliza la difamación y las mentiras (ya que no posee ningún tipo de argumento
que puedan avalar sus dichos) para ocultar su verdadero propósito en la
sucursal: desestabilizar la organización gremial, la unidad de los
trabajadores, fomentar la discordia entre los compañeros y así poder conseguir
su objetivo (en vano) de callarnos y que no accionemos para promover y
reivindicar nuestros derechos.
Rechazamos todas estas acciones que tienen por objeto defenestrar a los
trabajadores. Todos nosotros, con esfuerzo y dedicación, realizamos
nuestra labor cotidiana con todo el compromiso y responsabilidad y de ningún
modo realizamos acciones fuera de ese contexto.
Entendemos a la perfección el sentido de la moral, la ética, la solidaridad
y unidad de todos los empleados porque con estos valores nos hicimos fuertes
frente a cualquier avasallamiento hacia nuestros derechos y condiciones
laborales.
Denunciamos esta vil maniobra y práctica desleal, que ha llegado hasta el
límite de lo permitido. No se puede entender como se puede caer tan bajo al
incitar estas acciones, como carecen de toda moral y ética algunos responsables
del local, como por un pseudo y simple “poder” que le otorga una empresa a
través de una estructura burocrática pueden prestarse a estas cosas, como su ambición
personal los lleva a ser verdugos de sus propios compañeros.
Le recordamos que el respeto hacia una persona no lo otorga ningún cargo
jerárquico, sino los valores que transmite al otro (los mismos que
mencionamos anteriormente: la solidaridad, la ética, la seriedad, la
credibilidad), hace que con el tiempo se vaya ganando el respeto de sus pares,
porque en definitiva somos todos compañeros, pero de ninguna manera el respeto
se logra de esa manera.
Repudiamos en todos sus términos el accionar de cualquier persona (sobre
todo del nivel jerárquico) en su intención de desarticular la organización
gremial alcanzada en los lugares de trabajo.
No olvidemos, como dice el dicho, que las mentiras tienen “patas
cortas” y quedara al descubierto su estéril intento de dividirnos.
Mas allá de todo, de la indignación que puede provocar estos hechos,
sentimos vergüenza por los responsables de estos hechos pero sobre todo, nos da
un poco de tristeza y pena que estas mismas no tengan valores o no hayan podido
cultivarlas en su vida, porque al fin y al cabo, ello solo habla de las
personas que son realmente, con la que los compañeros conviven laboralmente.
Solo eso, nos dice todo.
Desde hace solo un par de meses que vienen ocurriendo sucesos extraños, que
anteriormente no acontecían... No aceptaremos ningún tipo de práctica desleal.
Llamamos a la reflexión consciente de sus actos a fin de poder mantener una
relación laboral cordial, amable, de respeto mutuo, de respeto al prójimo, de
respeto hacia los compañeros, y que entre todos podamos lograr imponer una paz
social, que ayude a los objetivos de la empresa para la cual brindamos nuestra
fuerza de trabajo pero en un clima laboral propicio para desarrollar nuestras
tareas.
Creemos que los resultados a nivel sucursal serian más favorables si los
esfuerzos de los jerárquicos estarían orientados a trabajar y gestionar
adecuadamente el local en lugar de hacer “conventillo”, faltar a la verdad y
denigrar a los trabajadores. Eso lo único que demuestra es una actitud
confrontativa y adolescente.
Deberían ocuparse y situar todo su entusiasmo a los objetivos económicos
(NO GREMIALES) de la empresa, que es realmente lo que les corresponde
realizar y para lo cual lo contrataron (EN TEORIA). Por ahí a veces se les hace
difícil al estar encerrado por muchas horas en una oficina,
Estamos en estado de alerta permanente para accionar ante cualquier acto
discriminatorio u hostigamiento y/o persecución gremial a cualquier trabajador.
Dejamos un fragmento de una nota
publicada en Clarin.com (02/08/12), que seguramente llamara a
la reflexión, esperando que puedan interpretar el mensaje.
BUENA VIDA. SALUD. COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA
POR DIONISIA FONTÁN / ESPECIAL
Acá mando yo!
“El jefe maltratador y autoritario, que
hace pedazos la autoestima de su personal, esconde a un ser inseguro y miedoso
a quien el puesto, seguramente, le queda grande. Hay avances para introducir
cambios. La nueva tendencia en gestión laboral postula un trío imbatible:
respeto, firmeza y amabilidad.”
Recordamos que “con un contrato laboral vendemos nuestra
capacidad de trabajo, no nuestra dignidad.”
Solamente los dirigentes débiles quienes
recurren al maltrato y las mentiras.
El error es que, a menudo, autoridad se
confunde con autoritarismo. Los verdaderos líderes construyen su autoridad sin
prisa y sin pausa: con hechos y conductas que inspiran confianza entre su
gente.
La persona con autoridad no necesita
imponerse de prepo: jamás se le ocurriría "verduguear" a sus
subalternos y/o personas que tienen a su cargo. Al contrario, los cuida, los
estimula, los respeta.
Los autoritarios, en cambio, suelen ser
personas inseguras, con incapacidad para desempeñar el puesto que ocupan. Les
queda grande. Entonces, para esconder sus limitaciones, para disimularlas,
apelan a la prepotencia, a la humillación, al grito desaforado.
Ellos y ellas aprenden a ser humildes y
escuchar, construyen mensajes claros, enriquecen su vocabulario, respetan la
opinión ajena, aunque no la compartan. Son capaces de poner en práctica esa
dupla que se potencia: firmeza y amabilidad, y avanzan con paso flexible,
persuadidos de que la rigidez hizo (y hace) estragos.
En términos globales, ya se
conocen las bondades de trabajar en un lugar donde las inevitables presiones se
pueden amortiguar. Cuando el mandamás pone esmero en cultivar una comunicación
humanizada, cuyos pilares se apoyan en el respeto, el compromiso y la
honestidad (valores rezagados), el personal la recibe agradecido y reacciona
positivamente.
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